17/5/07

Alucinen leyendo, por favor


Este año se lleva el “policonsumo”, es decir, aquella actitud por la cual los chavales se regocijan de su ya mal entrenado torrente de materia gris y lo atiborran de todo tipo de sustancias, entre ellas: tabaco, alcohol, cocaína y cannabis. Esta afirmación forma parte de las conclusiones presentadas por un estudio que es toda una alegoría de la originalidad: el Informe sobre la situación de los Drogodependientes en España.

Yo le habría puesto otro nombre. Para fastidiar… algo así como lo que decía John Ford: “No encuentres la falta, encuentra el remedio”. Total: que en España se producen más de 800 muertes anuales directamente relacionadas con el consumo de drogas ilegales, y es más, aquellos que en los últimos doce meses asfixian su olfato festivo con nieve artificial, también fuman la pipa de la paz (un 80%), se estimulan como su nombre indica con estimulantes (un 27%) y ‘flipan’ alabando la total displicencia de la lectura (o sea, un 20% de jóvenes que pasan de Delibes yendo a lo más rápido, el Speed).

Reflexionemos: lo nuevo no son los datos. Hace años que estos despegan, hasta diría que se baten en duelo con la estratosfera para, cogiendo carrerilla, caer con la más brutal violencia sobre los impertérritos y desangelados políticos, padres, educadores -tendrían que ostentar similitudes y no lejanías- y jóvenes. Dejémonos de campañas panfletarias, de utopías idealistas bienintencionadas llenas de inocuas advertencias y grasientas palmaditas en la espalda. Hace falta comprensión y explicación, pero también constancia, lectura, disciplina y si cabe, mala leche.

Estos chicos no creen en Dios. Estos chicos buscan el harén en aquellos lares en donde los sonidos se vuelven colores y los colores se tornan alucinantemente audibles. El gran Jorge Luis Borges decía: “siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Abónense a esta religión, abónense a este dogma por el cual todos acabaríamos deseando morir por reencontrarse con la inmortalidad de nuestros héroes más literalmente -repito: literalmente- admirados.

2 comentarios:

Raül Calàbria dijo...

La quintaesencia de Umbral.

Touling dijo...

"En Egipto se llamaban las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curábase en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás".

Jacques Benigne Bossuet